La bilis labial de la vida del lábil, del vil que yo vi (Bilis)



talar la nada




Después de cada exfoliación de él y esto, es y trata las piedras preciosas, las yemas del huevo del yo, y los roídos se rieron del orgón que ordena y empuja el codo en sí para ser conocido. Uno escribe en lo que tiene a la mano, relaja el medianero.
¿Entre las dos manos yo dije?

Yo tiro a un eco esto previamente, la vivacidad sabe esperas de la esfera del eje elegido para sí o bordado de inacción para vivir en suyo: al ilegible.

Que yo ensanché el tendal en la pampa fúnebre: la bomba húmeda de las lesiones de su idioma con su idioma (¿el gato rasca?) y esperás en la puerta de este imperio súbito, el tango baldío del frívolo del poema épico para decir que yo lo di a… Me gustará el puerperio y la cosa del suntuario ya mórbido que vive cerrado para entrar a la manada, limpio y enjabonado en el lado de una plenitud solo, sólo un abismo: para decir que yo lo di. Mago de la misma cosa… Lámame.



Mi lámpara y mi calentador de agua, ellos siempre vienen conmigo en estas proezas de la estupidez de lectura y para escribir de primera calidad a la repetición. Para una vida.
El tapón, el inyector, EL AMIGO, el poema de las compañías siguientes, a aquéllos que cualquiera los interesa, los auspicios de cubos. La conducta planea, con sus látigos de ganado en el que nosotros creemos que nos lee, el que amputó en Cervantes lo que ellos sienten, punkies de la existencia. Al negro la cara. La declaración entera que a los paseos del perro detendrá, al asador pero de un tiempo y dura lo que no tiene. Compense, ninguno transfirió; es su vuelo al pedazo pequeño.
Ellos no me tocan cuando yo grito. Si para ofender la rima yo lo traigo, más casi glotón, que yo sigo y sé cómo estropear aunque yo no tengo el tacto. Para el asno escribió y yo plagio la semilla del pájaro del refrán apresurado que él era de uno u otro, el camino.
Todos riman con todos.

Placer estar en su centro caérsele la baba complugo en gracia llevarse los ojos.


Ella mi plugo reduce, la velocidad el compañero extendido: él flujea o los follajes espiaron. Adelante por el este los espías del dios: es la mentira - Yo lo menciono - y es la mentira que yo y es el miedo la paga extraordinaria a mí, un ya. El uno grabó del humilde la humedad y lo dispersaron de la humillación; el uno señaló el humilde. Yo humillé. Placebo o no preocupa el efecto, y estos placeres con el señuelo o lo que hay. El cero improvisa que él gasta el fingimiento encendido que sube sin la escalera. Para tirarlo. La primera lectura es el uno de las cuentas. Permita y dénos un filósofo con estos ojos en los sueños del retrete que hablaron
incluso
el
:
y
o
tosco yo soy e inmenso es mi desierto.



Después de cada exfoliación de las piedras preciosas es arrastrado, las yemas del huevo del ego, lo que pide y empuja. La manera de vivir en suyo al ilegible. De él la vida es, especular y exclamar la tela buena para escribir sin la cabeza en eso, quienquiera que él se sienta. Las heridas de la naturaleza a Gardel… Era el yecto. Vos de fuelle. Yo; de nuevo. Los recetarios en el flotador insolente. Yo tiro a un eco antes de la vivacidad que sabe que asistió a ella alguna esfera del eje escogido para sí. Afecto que no viene de un alquilar el lado de las personas perdidas y en mis genes la mano para el tamaño de las momias para ser gesticulado en su cadencia. Yo barro oro.
Lea.
Yo bautizo.
… El muchacho pobre del uno. La aspiración sublime bajo el archivo que en la memoria pega de los eventos de su tira: ya dos hechuras del gracioso en el agujero .
Como mi yo, usted no tiene el contrato entero con la historia; esta manera, no que yo intento con ella hacer cosquillas, que yo escribo como el deseo que se da. Si para ser castigado no está en la moda, él incluso detiene para falsificar de hecho más mal y no para el peor. Yo pido la bendición y la continuidad de los pedazos; pero de los anillos viejos la edad inmediata más la entonación. ¿Dónde? En el lado entero, bla del pago extraordinario: al universo y la carta, lo escribe en él. El viento nos reparte en el uno, la aprehensión ejemplar oyó. Mi error es una mula vacía que desvía la cutícula de los mamíferos en una toronja mundial, y un gobierno de la distracción, a risa para soñar la digresión indeleble.

El bastón racional, para asar las costas de la vaca en el lado de la estufa y la ventana para apoyárselo en su cuerpo caliente del gorila o palmípedo de igual.
¿Yo dudo?
Los suministros del lunar los ruidos sordos la luz ciega de la verdadera cosa huidos del ordo o para ir le permiten el ojo a esa tripa con un boquete. Sortílego el invitado no espera y es como una culebra que la mano repite o no repite si el verdadero y yo nos arrastramos en un chiste divino: las techumbres que imaginan una vagina… Y pensar que uno pasea este camino de una manera animal. ¡Ah maldito automático!: en la conducta, estados perpetuos.
La escuela de la fenomenología ayudada, los restos de uno, y él el enredo controló y apenas a las musas les gusta quien rasca y ellos se arrastran como los gatos y ellos beben como ellos y ellos lo tiran como el autor de los días en la hechura; para reírse nos arrastramos para los guardapolvos que conjeturan una vaina en el invitado hostil que es sorprendido. Aparecía en él más oculto el cinturón del pecado. Amibas y amigos: restriega la cincha de la caída el mundo de la madre pobre que extraña en mí. ¡Llame el origen viril!... O de su esposa.

El sentido en él se sentaba para ser volado el resguardo de los sexos.

El público tarde al mimo de ser expresado para las manos se implanta en sus labios espesos de la carta a un cuerpo. Pero fascinó los labios espesos o el miedo del público tarde que pidió que dispare para cualquier cosa para comportarse en manos del objeto sin la meta de la entelequia de su dicción fuera del cutis de una seda (o cerda) cara.
La bilis labial vivió. Que era y los conquistaron.

… Que era y los conquistaron. Guste a el bla yo a yo para extender él la cama en mí para sólo asarse en la joya el placer a ser dado, el bla yo el lazo el lalia yo, ata pero al azar y se pone para plantar fuera: ¿para quien? Ya para ser. ¿Hizo? ¿Dónde el reproche ata para todos los errores de las tesis? En el cubo lleno de cubo para la oreja de su ojo increyendo, su yo en la referencia para ir al crédito dice uno que de eso se cree a su desigualdad del cuadro, el mago de sus personas tenidas con la mano a su muñeca para temer unir el mi, oro la suciedad pero yo barro. Yo digo el golpe o la acción venérea de la misma cosa: en el cieno las estrellas y en el cielo él rompe.

Demasiado. O yo fluyo. Por consiguiente la vivacidad, por consiguiente la vivacidad del barrio y la madre. La tribu a todos. Hoy. ¡Oh! ¿y? ¿Qué es? Así Todos que yo doy para que el emboque incluya, y el amor celular quién dijo que era ¿un sueño? El ala táctil de los alumnos yo ato en la hechura del delictivo porque a la pareja le pasa, lo que me gustó. Ningún pan ningún circo y el Edipo al contrario, incluso a eso el muerto de los que nos decoran. Para ser condenados, los declaramos culpables. Que es ser una pena dice. Y o: la señal y la leche de la memoria. Las frituras y la leche que era yo, profesional del posito.

(Siempre es la misma cosa, el bebé.)

Porque en el agujero de la cáscara hay algunas cosas ya que ellos se dicen, la línea de primacía. El uno es el vértigo fundando del pan que da la respiración, jadeó él del león. De mis longitudes con la dificultad, lo tengo del rengo escrito o del tango que se juega este camino, pues el tango ha tocado este camino de mi flor. Mago ya del bollo de la amasadura de voces para los pulimentos, ya carcomido en mi cueva subterránea me endurecieron todas las rimas con la turra y este dios de empresa aunque no exista. Yo, última sintaxis: el esqueleto. Para el músculo yo ablando ya que alojan en la vivacidad a su mago para los puntos y el rodar que juntos ellos hicieron en la línea del sádico del vacío de nacer. Yo grabo que nosotros somos todos niños del uno lechero.

(Cualquiera publica.)

Como mi yo, no tengo todo el contrato con la historia, así no que yo intento con ella, al cosquilleo, yo escribo como el deseo se da a mí. Si ser penado no es moda para incluso no falsificar más peor al peor, yo pido la bendición y la continuidad de pedazos pero de los anillos viejos de la edad continua, con el acento. ¿Dónde? En todo el lado. Bla de la paga asombrosa: a todos y escribe la escritura. El viento nos gasta en la oída la aprensión ejemplar. Mi lapso es una mula vacía que en una toronja mundial distrae la cutícula de los mamíferos. Una potencia de la distracción, reírse para soñar de digresión permanente.